La ortiga capta nitrógeno del suelo y nos proporcionará un fertilizante con este nutriente y con silicio para nuestra producción
En Vivencia Dehesa se elaboran fertilizantes fermentados aprovechando la materia orgánica presente. En este caso elaboramos un fertilizante fermentado líquido con las ortigas existentes en el invernadero y que tienen que ser retiradas.
INGREDIENTES Y UTENSILIOS NECESARIOS:
- Plantas de ortiga de las que estamos seguros que no están contaminadas y que podamos cortar o desbrozar.
- Tierra de diatomea.
- Melaza.
- Una báscula con un cubo de medición volumétrica.
- Un bidón limpio.
- Una malla para filtrar el agua de posibles impurezas y para tapar posteriormente el bidón.
ELABORACIÓN:
Veamos paso a paso como se elabora este fertilizante fermentado líquido con las ortigas. Utilizamos esta especie porque la ortiga capta nitrógeno del suelo y nos proporcionará un fertilizante con este nutriente y con silicio para nuestra producción. Se cortan las ortigas intentando recoger también la raíz, para aprovechar la microbiología existente en la planta y después se separan de otras especies desbrozadas en el momento.
Una vez cortada la planta, se pesa para calcular el volumen de agua que se necesitará. Por cada unidad de peso de planta en fresco se añaden 10 medidas de volumen de agua para elaborar el fertilizante líquido. Además, se le añade un puñado de tierra de diatomea (lo suficiente para que no se sature la mezcla) y un hilito de melaza para activar a la microbiología presente en la planta.
Se pica bien la ortiga ya pesada para facilitar la fermentación.
Se introduce la planta picada en el bidón en el que se llevará a cabo la fermentación.
Se le añade agua, la tierra de diatomea y la melaza.
Se remueve a mezcla para dinamizar el proceso, de esta manera se activa la microbiología y se distribuye de manera homogénea para que los microorganismos colonicen por completo la muestra. Es importante que toda la planta quede sumergida en agua para evitar así que pueda pudrirse.
Después tapamos con una malla para permitir que entre el aire, pero que no entren insectos.
Dependiendo del objetivo, dejamos fermentar la mezcla 7 días para usarla como repelente de plagas, o bien 15 días para usarla como abono.
Una vez terminada la fermentación, el fertilizante se guarda al vacío durante un máximo de 6 meses. Se aplicará directamente al suelo o foliar a una concentración no superior del 10%.