El naturalista Joaquín Araújo escribió estas líneas sobre la dehesa y nos las envió acordándose de nosotros, ya que es buen conocedor de nuestra pasión por proteger y mejorar el gran potencial que tiene La Dehesa: Nuestro Patrimonio Natural en Extremadura.
Querido Profesor…gracias por este maravilloso Manifiesto.
MANIFIESTO POR LA DEHESA
Conscientes
de la condición matriarcal que tienen las encinas, creadoras de paisajes y de culturas.
Conocedores
de su hospitalidad, que resulta una de las más generosas para los seres vivos del planeta.
Seguros
de que las dehesas aportan claros beneficios para la totalidad de los seres humanos y de la vivacidad en su conjunto.
Convencidos
de que somos la capital mundial de las dehesas que conforman uno de los más originales y bellos paisajes del planeta.
Admirados
por poder admirar apacibles horizontes de encinas abarrotados.
Sensibles
a su austera reciedumbre que se resuelve en tenaz belleza.
Agradecidos
por los productos obtenidos de esas dehesas para mantener la actividad socioeconómica en el medio rural.
Fascinados
Por no tener a la hospitalidad hospitalizada, es decir por tener siempre la puerta abierta para una ingente multiplicidad vital.
Atentos discípulos
por lo que las encinas narran y consiguen, por lo que acogen y enseñan como, por ejemplo, a usar correctamente el tiempo y el espacio; los suelos, las agua y los aires…
PERO NO MENOS
Inquietos
por los escasos resultados que vienen teniendo las leyes de protección a la dehesa.
Alarmados
por los procesos de envejecimiento, incluso fosilización, de nuestros encinares.
Preocupados
por la indiferencia hacia las dehesas por parte de los medios de comunicación, el sistema educativo y los poderes públicos.
Huérfanos
por las sustituciones o erradicaciones de nuestras arboledas originales.
Secos
por la seca (1) que diezma tenazmente a encinas, alcornoques y robles.
Aturdidos
por la escasa regeneración natural que en no pocas dehesas provoca el excesivo pastoreo y la agricultura intensiva acarrean en las dehesas peor gestionadas.
Indignados
por la, salvo muy pocas excepciones, mala gobernanza de los territorios adehesados por parte de las administraciones autonómicas y locales. No menos por el desentendimiento de la administración central y de no pocos propietarios particulares, casi siempre desbordados por el poco apoyo oficial.
POR TODO LO ANTERIOR
Denunciamos
la falta de decisión por parte de gobernantes a la hora de acometer un plan general de regeneración de las dehesas y la escasa ayuda pública a la irrenunciable recuperación de estos sistemas.
Proponemos
una masiva campaña de sensibilización sobre el valor de nuestro paisaje más característico .
Recordamos
que, en cualquier caso somos muchos los que colaboramos con nuestros siempre escasos presupuestos a los estudios, concienciación, medidas de protección y propuestas de gestión que aseguren la pervivencia de las dehesas.
Pedimos
a los consumidores que valoren y adquieran los productos sanos y sostenibles que provienen de las dehesas bien gestionadas.
Reclamamos
la declaración de la encina como emblema nacional que debería estimular los vínculos entre todas las comunidades autónomas del país ya que todas, con la excepción de Canarias, cuentan con encinas como uno de los principales elementos vivos de sus paisajes.
Añoramos
el respeto y apoyo a la cultura rural vinculada a los mejores usos de las arboledas adehesadas.
Reivindicamos
la coordinación de todos los sectores implicados en el uso y mantenimiento de este paisaje para mantenerlo lo más vivaz posible. En realidad casi toda la sociedad, desde el momento en que la mayoría de los sectores e intereses pueden colaborar en la conservación de unas dehesas vivaces.
Exigimos
que las administraciones dediquen suficientes esfuerzos económicos y pedagógicos destinados a la recuperación de las dehesas, que debe ir de la mano del plan nacional de estímulo a la ganadería extensiva la más compatible con los medios naturales.
Concluimos que
todos los aspectos mencionados deberían desembocar en una LEY NACIONAL DE LA DEHESA.
Finalmente
queremos recordar que la dehesa es vivaz historia de la vida en nuestro ámbito mediterráneo. Que un paisaje vivo es la primera materia prima de toda cultura. Que en las dehesas se expresa el siempre difícil clima mediterráneo. No menos que buena parte de las especies más escasas de Europa tiene claros lazos con las dehesas. Caso, entre otros, del buitre negro, el águila imperial o el lince ibérico. Que bajo las copas de las encinas se alcanzan algunos de los máximos de multiplicidad vital de las regiones templadas del mundo. Que estos paisajes han sido creados en no poca medida por ese escultor que son los sudores de doscientas generaciones de campesinos y ganaderos. Que son el hogar permanente o temporal de más de 20.000 especies de animales y plantas. Que no menos de 100 millones de aves las usan a lo largo de los meses fríos. Que una correcta utilización de estos austeros ámbitos se resuelve con la continuidad de sus prestaciones y su emblemática prestancia. Que son insustituibles fuentes de fertilidad capaces de generar bienestar social Pero sobre todo hacemos hincapié en que son uno de los mejores logros también de la historia de la humanidad pues aportan un claro y demostrado ejemplo de compatibilidad entre la Cultura y la Natura, que aquí empatan y, al hacerlo, todos salimos ganando.
(1) La seca es una enfermedad que acaba matando a las quercíneas y que provocan ciertos hongos de las raíces.
Joaquín Araújo
Suscribo plenamente el escrito.
Totalmente de acuerdo
Totalmente de acuerdo con Joaquin! Un abrazo!
Amar y defender la grandeza de nuestras dehesas, es lo que nos corresponde como extremeños… Gracias por este manifiesto tan hermoso y tan necesario.
Gracias por este acertado y hermoso manifiesto, y por tu empeño en salvar nuestras dehesas y bosques.
Mi absoluta adhesión a este hermoso manifiesto del gran poeta de la naturaleza que es Joaquin Araujo.
Un manifiesto lleno de sensibilidad y belleza frente a la mísera realidad de la mala gobernanza y la ignorancia.